Células madre contra la artrosis de rodilla

Vanesa / 04 octubre / 0 Comment / 13686


La artrosis es una de las enfermedades más asociadas con el envejecimiento. Se caracteriza por el deterioro progresivo de los cartílagos que recubren las articulaciones, provocando inflamación del resto de las estructuras que las protegen. Esto genera fuertes dolores a la hora de realizar movimientos mecánicos y ciertos niveles de rigidez, produciendo una disminución en la funcionalidad de la articulación. Su incidencia aumenta en proporción a la edad y al peso corporal, siendo las prótesis totales de cadera y rodilla las únicas alternativas en casos avanzados de artrosis en estas articulaciones.

En la Clínica Universidad de Navarra, especialistas en conjunto con el Complejo Universitario de Salamanca realizaron un ensayo clínico aleatorizado de fase I-II en el que buscaron probar la eficacia de la inyección de células madre mesenquimales para el tratamiento de esta patología, obteniendo notables resultados.

Diseño del estudio

El ensayo consistió en el reclutamiento de 30 pacientes entre 40 y 80 años con grados de artrosis de rodilla de moderado a severo (grado II a grado IV) y se comparó la inyección de células madre en dos dosis diferentes con el tratamiento habitual. Se registraron las evoluciones a las 24 horas, a la semana, al mes, a los 3 meses, a los 6 meses y al año.

Para esto se dividieron los participantes de forma aleatoria en 3 grupos, por un lado un grupo de control, al que se le infiltró ácido hialurónico (uno de los tratamientos más utilizados en este tipo de pacientes), un segundo grupo al que además de esta dosis de ácido hialurónico se le agregó una de 10 millones de células madre mesenquimales y un tercer grupo en el que además de la dosis habitual de ácido hialurónico se le infiltraron 100 millones de células madre.
Resultados

Para evaluar la evolución de los pacientes, se utilizaron exploraciones físicas y escalas del dolor propias de la artrosis, que permitían analizar los niveles de dolor y la funcionalidad de la rodilla, así como la influencia de la enfermedad en la vida diaria, el ocio y el deporte.

El Dr. José María Lamo de Espinosa de la Clínica Universidad de Navarra destaca los resultados, “los pacientes con ácido hialurónico volvían pronto, con el paso de los meses, a la situación previa de dolor, mientras que el grupo con cien millones de células se encontraba mejor a medida que pasaban los meses, de forma que al final del seguimiento (al año de la administración del tratamiento) mostraban las mayores diferencias respecto a los otros dos grupos”. Dice “cuanto más se reducía el dolor, el paciente era capaz de extender y flexionar más la rodilla y, por tanto, de mejorar la función de la articulación”.

Según el Dr. Lamo de Espinosa fue el efecto antiinflamatorio de las células madre mesenquimales lo que redujo el dolor, “aunque la artrosis de rodilla no se encuadre de manera clásica dentro de las enfermedades inflamatorias, sabemos que cursa con inflamación de la cápsula que recubre la articulación (sinovitis)”.

Baja acción regenerativa

Si bien este tratamiento probó tener grandes resultados en cuanto a la disminución del dolor, no fueron tan buenos en los pacientes con artrosis grado IV ya que las células madre mesenquimales no presentaron gran potencia regenerativa. Como explica el especialista sobre estos pacientes “presentaban grandes extensiones de la rodilla sin cartílago. En estos casos, la regeneración no es un objetivo razonable. Las células no se comportan como semillas que ponemos en un campo y florecen para dar lugar al cartílago. Las células madre actúan como el agua cuando regamos un terreno. Si no hay células de cartílago, cosa que ocurre en grados avanzados de la artrosis, no es esperable que se forme cartílago”.